40 años bajo secreto

El historiador Gutmaro Gómez Bravo revela detalles del proceso al último muerto a garrote vil

El anarquista Salvador Puig Antich fue ejecutado hace cuatro décadas



Portada de El Caso, semanario especializado en sucesos, con la noticia de la ejecución, el 2 de marzo de 1974, de Puig Antich, en la prisión Modelo de Barcelona, y Heinz Ches (transcrito como Chez), en Tarragona. Fueron los últimos condenados a los que se aplicó en España el garrote vil.

El 2 de marzo de 1974, hace ahora 40 años, un médico militar certificaba la muerte en la cárcel Modelo de Barcelona de Salvador Puig Antich“por parada cardiorespiratoria por garrote”. Tenía 25 años. Su figura ha sido popularizada por el cine, pero las circunstancias de su caso siguen envueltas en una espesa niebla. El caso fue decretado “materia informativa reservada” y así sigue.La solicitud de revisión del proceso contra Puig Antich ha sido denegada dos veces, pero el caso sigue abierto en Argentina — en manos de la juez María Servini de Cubría, que recibió la querella por genocidio de las víctimas del franquismo iniciada por Baltasar Garzón— La prohibición de acceder a la documentación policial custodiada por el Ministerio del Interior continúa vigente. Esta imposibilidad de acceder a los documentos oficiales, ha mantenido vivos una serie de tópicos que ocultan la dimensión de una ejecución que marcó la hoja de ruta del final de la dictadura, incapaz ya de mantenerse sin el uso de la fuerza.
 El proceso, desarrollado entre septiembre de 1973 y marzo de 1974, fue mucho más que una simple venganza por la muerte del presidente del Gobierno Carrero Blanco. Se cruzó con la primera crisis del Gobierno de su sucesor, Arias Navarro, abierta por la decisión de endurecer a toda costa la política represiva y terminar con cualquier experimento reformista.
Arias, que había sido director general de Seguridad y ministro de Interior, fue el elegido por Franco para ello. Al contrario de lo que se suele asegurar, Arias no se planteó ni siquiera la posibilidad del indulto a Puig Antich, asunto al que apenas dedicó tiempo. Sus planes no pasaban por contrariar la sentencia de un tribunal militar, y mucho menos la de un asesino de un policía de la Brigada Político Social. La correspondencia del Gobierno Civil de Barcelona, y, sobre todo, dos documentos inéditos, los informes de 28 de febrero y de 29 de marzo de 1974 de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, así lo demuestran.
La causa judicial estaba prácticamente terminada antes de la muerte de Carrero. A finales de noviembre de 1973, el fiscal militar emitió sus conclusiones provisionales en las que pedía ya la pena capital. El atentado del 20 de diciembre aceleró su tramitación, pero no alteró el rumbo. Fueron declarados hábiles los días de Navidad y, el 31 de diciembre, mientras Arias Navarro era recibido en El Pardo con honores, el fiscal reiteraba su petición de pena de muerte para Puig Antich.
El Gobernador Civil de Barcelona, Tomás Pelayo Ros, intentó mediar antes de que la sentencia se hiciera definitiva en el consejo de guerra fijado para el 8 de enero. Escribió una carta el 1 de enero al nuevo ministro de Interior haciendo dos observaciones sobre el proceso. “La primera es la duda existente sobre si Puig Antich tiene un perfecto conocimiento de los hechos realizados o se encuentra afectado por algún trastorno mental. La segunda, si los disparos que recibió el cuerpo del policía señor Anguas procedían todos ellos del arma empuñada por Puig Antich, puesto que no está suficientemente demostrado cuántas veces disparó”. La respuesta fue esta breve nota manuscrita: “Al subsecretario de despacho para que me hable y prepare contestación evasiva”. El Ejército tenía luz verde.
El 8 de enero, Puig Antich era condenado a muerte por un tribunal en el que el mismo capitán general de Cataluña había pedido la presencia de “capitanes jóvenes resolutivos”. La sentencia fue ratificada por el Consejo Supremo de Justicia Militar, un día antes del discurso de toma de posesión de Arias Navarro ante las Cortes, el conocido como Espíritu del 12 de febrero.
El Gobierno no tenía dudas, solo calculó el momento para solapar la presión interior y exterior con una clara intencionalidad política: desacreditar a los reformistas, aplacar a la extrema derecha y congraciarse con el Ejército y la Policía. Así lo explicaba el embajador norteamericano, Horacio Rivero, al secretario de Estado Henry Kissinger: “El interés del Gobierno en el orden público y su sensibilidad a las presiones de la extrema derecha, explica la decisión de ejecutar al anarquista catalán Puig Antich. Para tomar esta decisión, el Gobierno se ha mostrado públicamente del lado de la ley y el orden antes que de la moderación de los países extranjeros y los grupos liberales españoles”.

“En la clase política española”, según Rivero, “prevalecía el sentimiento favorable a la ejecución, pero era un asunto delicado que podía írsele de las manos al Gobierno. Además de empeorar la mala imagen ante Europa y bloquear el ingreso en el Mercado Común, una política favorable a la pena de muerte produciría una división con los aperturistas, incluida parte de la Iglesia”. No se equivocó. El 24 de febrero estallaba la crisis: el obispo de Bilbao, Antonio Añoveros, era acusado de alentar el separatismo en sus homilías. Arias pidió al secretario de Exteriores que convocara al nuncio apostólico el 1 de marzo.
Esa misma tarde estaba convocado un consejo de ministros para aprobar la ejecución. A Puig Antich le quedaban exactamente 12 horas de vida. El jefe de Policía de Bilbao comunicó al obispo que debía abandonar el país. El cardenal Tarancón informó al Gobierno de que esas amenazas podían ser sancionadas con la excomunión, forzando la implicación del propio Franco en el asunto Añoveros, pero no intervino en el de Puig Antich, como a veces se ha dicho.
La decisión de no conmutar la pena de muerte estaba tomada bastante tiempo atrás. El 28 de febrero, Rivero informó sobre su encuentro del día anterior con el secretario general de Iberia, Carlos Viniegra, quien le habría asegurado que la decisión del Gobierno de ejecutar a Puig Antich se habría tomado “hace semanas, pero no se haría pública hasta el regreso del viaje de los Príncipes”, que se encontraban de gira oficial por Filipinas, India y Arabia Saudí. Los príncipes habían regresado a Madrid el 27 de febrero y la crisis debía resolverse de manera inmediata de orden del propio Arias, que quería evitar a toda costa los problemas provocados tras los indultos del proceso de Burgos a varios miembros de ETA.
Las verdaderas razones de la ejecución de Puig Antich, por tanto, estaban radicadas en el malestar anterior a la muerte de Carrero. Así lo señaló el embajador Rivero en un documento crucial fechado el 29 de marzo: “Todo indica que al optar por una ejecución rápida, el Gobierno quería evitar a toda costa la lección del proceso de Burgos de 1970, donde las dudas y las vacilaciones finales que llevaron al indulto preocuparon muy seriamente a los militares, la policía y a sus aliados más conservadores, que lo vieron como una prueba de debilidad convertida en una victoria por los agitadores de dentro y fuera de España”. El tiempo de las conmutaciones y los indultos había pasado, como quedó demostrado poco después.
Fragmento del libro 'Puig Antich: la transición inacabada (1973-2013)', de próxima aparición, de Gutmaro Gómez Bravo, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense.

El MIL, entre el recuerdo y la historia

1974 Salvador Puig Antich




El militante libertario pagó con su vida la creciente oposición al franquismo | Pesa sobre la conciencia de la oposición democrática una tibia reacción que no frenó la ejecución | El régimen franquista se ensañó con aquel joven de 25 años en un proceso irregular sin garantías




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PINTADAS Barcelona: De Puig Antich al Referendum, Ed.LA GAIA CIÈNCIA 1977 - GRAFFITI














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Una prueba de cargo contra Puig Antich se manipuló


Un estudio pericial aportado al Tribunal Supremo demuestra que el informe de la autopsia al policía muerto fue alterado
El abogado de la familia del joven ejecutado pide que se escuchen dos nuevos testigos
Salvador Puig Antich
Una de las pruebas de cargo que fundamentó la condena a muerte de Salvador Puig Antich, el informe de la autopsia del cadáver del policía Francisco Anguas, fue manipulada. Un informe de la perito calígrafo Lisa Rañé demuestra que el documento se hizo con dos máquinas de escribir y en momentos diferentes. Con una se compuso todo el texto, y con la segunda se incluyó una breve pero importante precisión sobre el número de impactos que tenía el cuerpo del policía y la procedencia de las balas.
En este sentido, la perito concluye que "hay fundadas sospechas de que el texto del informe de la autopsia aportado y que dice« Los tres rasgos pueden corresponder al mismo tipo de proyectil », haya sido dactilografiado o mecanografiado con una máquina de escribir diferente de la empleada en el resto del documento, y en un acto diferente ". La autopsia tiene una segunda manipulación, más evidente, cuando se corrige a mano el punto donde se habla de la trayectoria de las balas dentro del cuerpo.
El abogado de la familia Puig Antich presentó ayer el resultado de esta prueba pericial en la sala militar del Tribunal Supremo, que hoy debería decidir si acepta o no a trámite el recurso de revisión del consejo de guerra contra Salvador Puig Antich. En su escrito, el letrado pide que se aplace la deliberación hasta que se haya tomado declaración a la perito Rañé. También se pide que se tome declaración al abogado Francisco de Paula Caminal y que se examine una prueba documental que también se aportó ayer.
El escrito presentado ayer tiene forma de recurso de súplica, ante el que el Tribunal debería aplazar la deliberación prevista para hoy y resolver primero las peticiones de la familia Puig Antich. Otra posibilidad es que los magistrados resuelvan por el trámite de urgencia el recurso y que hoy deliberen sobre si aceptan a trámite o no la revisión del proceso militar contra Puig Antich.
Los cinco rasgos de "El Caso"
Interlineado diferente
El informe de la autopsia del policía muerto durante la detención del joven libertario consta de dos folios escritos a máquina donde siempre se respeta el mismo margen, cuerpo de letra y un interlineado de unos cinco milímetros. Casi al final del segundo folio es donde se incluye la frase sobre los "tres tiros" que, tal como define la perito calígrafo, "queda asfixiada".
El trabajo demuestra, con varias comparaciones, que el tipo de letra de esta frase corresponde al de una máquina diferente. En cuanto a las modificaciones introducidas a mano, la perito no se pronuncia y pide que se realicen pruebas más sofisticadas para identificar qué se había escrito originalmente.
Escuchar el Salvador
El interés en hacer declarar al abogado Caminal reside en el hecho de que este letrado fue uno de los que llevó la defensa de Puig Antich, con quien mantuvo largas conversaciones sobre las circunstancias de los hechos que le llevaron hasta el garrote. Caminal sostiene que el joven Salvador le aseguró que no quiso matar al policía ni nadie. En el escrito presentado ayer, el abogado de la familia Puig Antich propone que se respete el "derecho a ser escuchado para Salvador" a través del testimonio del abogado Caminal, de quien se recuerda su prestigio.
Jordi Panyella
Hoy , 20-02-07)
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Más dudas sobre la autopsia del 'caso Puig Antich'
Nuevas pruebas en el proceso de revisión de la condena de la anarquista
Una perito desvela que el informe forense fue corregido y se añadieron frases
Solidaridad francesa con Puig Antich
Un dictamen pericial caligráfico presentado por los abogados de la familia de Salvador Puig Antich ayer ante la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, que tramita la autorización para iniciar la vía del recurso de revisión de la condena de la anarquista ejecutado en 1974, abre más dudas sobre el caso. La prueba destaca que el informe oficial de la autopsia realizada al cadáver del subinspector de policía Francisco Anguas tiene correcciones a mano y una frase añadida con una máquina de escribir diferente, circunstancia que levanta la sospecha de que podría haber sido manipulado.
El dictamen pericial practicado por Lisa Rañé señala que en el informe de la autopsia del policía fue corregida a mano la trayectoria de las balas en el cuerpo, sin que conste en el documento la validación de la enmienda. En la autopsia, según la perito, se añadió también con una máquina de escribir diferente de la usada en el resto del texto y en un momento diferente del primero redactado una frase que fue crucial para el enjuiciamiento de Puig Antich que dice que "los tres disparos pueden corresponder al mismo tipo de proyectil".
Los doctores Ramon Barjau y Joaquín Latorre, que el 25 de septiembre de 1973 estaban de guardia en el Hospital Clínico cuando recibieron el cadáver del subinspector y Puig Antich, que estaba herido, han declarado ante el Supremo que el cuerpo sin vida del policía presentaba al menos cinco impactos de bala y no tres, como indicaba la autopsia realizada en una comisaría y no en el Instituto Anatómico Forense, como era habitual. Algunos artículos periodísticos de 1973 ya indicaban la existencia de cinco disparos.
Petición de los abogados
Sebastián Martínez Ramos y Olga de la Cruz, los abogados de la familia de Puig Antich, solicitaron ayer en la Sala Militar del Supremo que ante esta nueva prueba y la petición de otros testificales proceda a suspender la deliberación que sobre el proceso de revisión estaba prevista que llevaran a cabo hoy los magistrados. Los letrados quieren que el tribunal autorice la perito a examinar el documento original del informe de la autopsia del subinspector para que pueda terminar su análisis y que se la cite a declarar.
Los abogados, asimismo, reclaman al Supremo que admitan la comparecencia del letrado Francisco de Paula Caminal, que actuó, junto con su compañero Oriol, como codefensor de Puig Antich en el proceso militar que finalizó con la condena a muerte del anarquista por la muerte del subinspector.
JG Albats (Barcelona)
El Periódico de Cataluña , 20-02-07)
Ateneo Libertario Estel Negre

Yo ejecute a Puig Antich